Entre tablas, gráficos, profusas columnas de datos y extensísimos (y áridos) PDF sobre metodología estadística, la web del INE esconde alguna que otra sorpresa. El Valle de Almanzora, en la provincia de Almería, deja un buen ejemplo. Allí hay un puñado de localidades que han revolucionado sus padrones de forma tan rotunda y a tal velocidad que, en algún caso, su censo ha llegado a duplicarse en cuestión de dos décadas. El fenómeno ha llegado junto a otros no menos curiosos: cada vez es más difícil encontrarse en sus calles con hijos o nietos de andaluces y más fácil oír conversaciones en spanglish o ver carteles y bandos publicados en inglés.
El motivo: se han convertido en «paraísos ingleses» en plena Almería.
¿Qué dicen las estadísticas? Que en el Valle de Almanzora, en la región noroccidental de la provincia de Almería, hay algunos municipios que parecen haber encontrado el bálsamo demográfico definitivo para la España vaciada. Su caso es peculiar porque, de estar perdiendo población a finales del siglo XX, con censos muy bajos, de apenas unos cientos de habitantes, han logrado disparar sus padrones de forma exponencial. En algunos casos hasta multiplicarlos por dos.
Ocurre por ejemplo en la localidad de Partaloa, que en 2001 sumaba 377 censados y ahora ronda el millar. O con Bédar, que de 550 habitantes en 1998 ha pasado a superar el millar. Otro caso es el de Arboleas: de 1.550 en los 90 pasó a 4.439.
Escarbando en las cifras. Si bien el conjunto de la provincia de Almería ha ganado población en lo que va de siglo, con un alza del 37,2% entre 2011 y 2021, el aumento experimentado en Partaloa o Béder lo supera con creces. Durante el mismo período el primero creció un 182,5% y el segundo un 63,1%.
Esos «booms» se acompañan de otro dato aún más curioso: no es solo que esas localidades estén hoy mucho más pobladas que hace un cuarto de siglo, es que su población es hoy bastante distinta a la de los años 90. Si en 2003 el 77,6% de los vecinos de Partaoa habían nacido en España frente a un 22,4% de extranjeros, hoy la situación es distinta: el 68% de los censados nacieron fuera del país.
Welcome to Almería. El de Partaloa no es un caso único. Ni aislado. El verano pasado La Voz de Almería publicaba un reportaje con un titular clarificador: «Ya viven más extranjeros que almerienses en Arboleas, Bédar y Partaloa». En otros medios locales se tira incluso de ironía y se habla de que la lugareños autóctonos están en «peligro de extinción». Los datos son desde luego llamativos. En Partaloa el 68% es población extranjera, en Arboleas el 67% y en Bédar el 58%. Otro caso en el que son mayoría los nacidos en el extranjero es Mojácar, también en Almería.
Las localidades del Valle de Almanzora comparten otra característica a mayores: un enorme peso de la población extranjera… y más concretamente de la llegada de Reino Unido. De nuevo según los datos del INE, en Arboleas, Bédar y Partaloa el peso de los inmigrantes británicos resulta aplastante, tanto entre la población de origen extranjera, entre la que hay también holandeses, belgas o inmigrantes procedentes del norte de África, como sobre el conjunto de los residentes.
«Esto se estaba muriendo». El comentario es de María Antonia López, una vecina de 76 años de Partaloa que explicaba así hace poco a elDiario.es cómo ha vivido el proceso que ha convertido a su localidad, al igual que la vecina Bédar, en dos peculiares «paraísos ingleses» en pleno norte de la provincia de Almería.
«Una alegría. Esto se estaba muriendo porque los jóvenes se iban y los mayores fallecían, pero desde que han venido los extranjeros esto es la gloria». Quizás el resultado más curioso de esa convivencia es el dialecto spanglish de sus calles. Hay quien ya ha acuñado un término para su uso del idioma y acento: «almeringlish», una mezcla de inglés con toque almeriense y un español con acento británico. «Aquí nos entendemos todos. Les escuchas decir chau chau y les saludas».
Para facilitar la comunicación, en Partaloa los vecinos tienen la oportunidad de asistir a clases gratuitas de inglés e incluso a talleres en los que jubilados españoles y británicos conviven sin necesidad de que hablen el mismo idioma. Eso no quita, como señala elDiario.es, que se mantenga cierta brecha cultural y haya extranjeros que llevan décadas instalados en Almería y apenas saben hablar español.
«Los españoles somos minorías». Quien habla en esta ocasión es Cristóbal García, exalcalde de Arboleas, quien reconocía en 2020 a Diario de Almería que «uno de los retos más importantes» con los que lidiaba la administración local era precisamente la mezcla social y la convivencia entre población autóctona y la elevada población extranjera. «Los españoles somos minoría», remarcaba.
Tal era el peso de los foráneos, sobre todo de británicos, que incluso había contado con dos ediles de esa nacionalidad en su equipo de gobierno que se encargaban de las áreas de Atención Ciudadana y Traducciones. «El inglés se ha convertido en la segunda lengua oficial». Los policías la usan. Igual que los bandos locales.
Una tendencia con desafíos. Que Partaloa o Bédar hayan engordado sus padrones a lo largo de los últimos años no significa que todo sean luces en su horizonte demográfico. Hay también sombras. Atraer a población extranjera no es necesariamente sinónimo de atraer a población extranjera jóvenes, familias que puedan rejuvenecer la pirámide población y refrescar su saldo vegetativo, el indicador que refleja la diferencia entre nacimientos y defunciones.
En Partaloa se registran muy pocos nacimientos al año. Y en Bédar ocurre algo parecido: muchos de los extranjeros que deciden instalarse y hacer allí sus vidas son en realidad jubilados. El INE vuelve a ser revelador: en 2022 en Partaloa nació un bebé frente a 14 personas fallecidas. En Bédar el observatorio estadístico computa cuatro alumbramientos, pero ese año hubo el doble de muertes.
El (gran) desafío del Brexit. El Brexit tampoco se lo ha puesto fácil a los británicos, algo que se aprecia de nuevo en las tablas del INE. Si en los años previos a su entrada en vigor el volumen de extranjeros había aumentado un 6,1% en Bédar, desde 2020 lo ha hecho un 2,85%. «Ha sido una tontería», se lamenta Stephen Conroy, vecino de Partaloa y oriundo de Liverpool, al hablar sobre la salida de la Unión Europea: «Ahora vivir en España implica tener mucho dinero y no todo el mundo lo tiene. Mi vida no ha cambiado con el Brexit porque yo llegué mucho antes, pero tengo amigos que querrían venir y no pueden».
La salida de Reino Unido de la UE se ha dejado sentir incluso en el mercado residencial, como reconocen al diario en Bédar: «Desde el Brexit vivir en España se ha encarecido y quienes vienen lo hacen con mucho dinero en el banco, subiendo el precio de la vivienda». Los británicos interesados en instalarse en el sur de España han recuperado viviendas vacías, pero andado el tiempo, abundan, su poder adquisitivo ha terminado dejándose sentir en los precios del mercado local.
Imágenes | Wikipedia (Alumnas CG Bédar-Almeríapedia) y Ayuntamiento de Partaloa
Vía | elDiario.es