«Éramos pocos y…» Así, tirando de ironía, anunciaba ayer por la mañana el ministro de Transportes, Óscar Puente, el último golpe al mapa de infraestructuras españolas, puesto patas arriba en la provincia de Valencia por la violenta DANA de hace dos semanas. En este caso la atención de Puente se centraba, eso sí, en el otro extremo de la península: Asturias. Allí, a la altura del concejo de Lena, la AP-66 fue escenario el domingo sobre las diez de la mañana de un desprendimiento de rocas que bloqueó las dos calzadas hacia el punto kilométrico 78, lo que ha obligado a las autoridades a desviar de forma temporal el tráfico por la carretera N-630.
La gran pregunta ahora es… ¿Hasta cuándo?
La AP-66, bloqueada. Las imágenes compartidas por el propio Puente, el Secretario de Estado de Transportes o el 112 Asturias son impresionantes. La AP-66, la conocida como autopista de Huerna, que enlaza Asturias con León y sirve de corredor con el centro de la meseta, se quedó ayer parcialmente bloqueada por un desprendimiento de rocas. El primer aviso llegó sobre las 10.15 h y minutos antes de las once el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias se encargaba de darle eco en X, donde informaba de un corte de la carretera a la altura de Lena.
¿Hubo víctimas o coches sepultados? Que se sepa, no. Tanto Puente como el responsable de la secretaria de Transporte, José Antonio Santano, confirmaban ya ayer a primera hora de la tarde que todo apunta a que, a pesar de su aparatosidad y e impacto en el tráfico, el argayo no ha dejado víctimas. «Las primeras inspecciones son tranquilizadoras. Parece que no hay nadie sepultado», señalaba Puente antes de confirmar que los operarios ya habían empezado a retirar la pizarra.
Para descartar que hubiera coches sepultados, los servicios de recate y la concesionaria del vial, Aucalsa, han echado mano de las grabaciones de las cámaras de la AP-66 e inspecciones en la propia autopista. «Tanto bomberos de Asturias con sus equipos caninos y drones y cámaras térmicas, como el grupo de rescate de la Guardia Civil parece que pueden confirmar que no hay personas enterradas», apuntaba la Delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra.
Retirando rocas. Drones y unidades caninas no han sido las únicas en desplegarse en la zona del desprendimiento. Ayer por la tarde había una decena de camiones centrados en el otro gran desafío, mucho mayor: retirar las toneladas de rocas para despejar el AP-66. Esta mañana Transportes confirmaba que ha logrado abrir un paso para la maquinaria y operarios desplegadas en Huerna.
«Van a revisar la zona especialistas en geología y geotecnia para ver la mejor solución a acometer», asegura Puente. De momento la DGT sigue informando en su web de un «corte total» con obstáculo fijo en la AP-66 entre los pk 65,12 y 83.
A la espera de un bypass. El argayo se registró cerca de Pola de Lena. Su regidora, Gema Álvarez, pedía hoy en RNE «paciencia» mientras avanzan las labores para la retirada de las toneladas de roca «lo antes posible». La misma cadena precisa que Eduardo Arrojo, responsable de Aulcasa, ha señalado que se habilitará un baypass para la circulación en ambos sentidos. La idea pasaría por abrir la calzada en dirección León y que un bypass permita el paso de coches.
La AP-66 es un vial de pago y Aucalsa la empresa concesionaria encargada de su explotación hasta 2050 después de la prórroga aprobada en tiempos de Álvaerz-Cascos al frente del área de Fomento. El vial no ha estado exento de polémica.
¿Para cuándo? Quedan varias incógnitas. La primera, cuándo estará lista esa solución temporal. La segunda, cuando se despejará toda la AP-66 para retomar la normalidad. «La abriremos lo antes posible», asegura Arrojo a El Comercio: «Lo único que puede retrasarnos es la prudencia que nos indiquen los geotécnicos».
El mismo diario cita a ingenieros que apuntan que abrir un paso provisional de esas características puede «ser cosa de días o sobre una semana». «Yo creo que, razonablemente puede estar para el puente de diciembre», concuerda Arrojo. El responsable de Aucasa asume en cualquier caso que el desafío es mayor con la segunda calzada, la de sentido Asturias. «Tardaremos más en abrirla».
Cuestión de cifras. El desafío que tiene por delante la movilidad y logística asturianas se entiende mejor con un par de cifras. La autopista AP-66 es una de las principales vías de comunicación entre Asturias y la meseta. Que a priori el argayo no haya dejado víctimas se explica básicamente porque las rocas se desprendieron un domingo por la mañana, cuando baja la intensidad de los desplazamientos. E incluso así se quedaron bloqueados 145 coches, 14 camiones y dos autobuses que tuvieron que esperar a que los bomberos los ayudasen a regresar a Campomanes.
Se calcula que por la autopista circulan a diario, de media, alrededor de 6.000 turismos y 1.200 camiones. Algunas estimaciones apuntan a que por el Huerna circulan algo más de 8.800 vehículos que, en condiciones normales, pueden desplazarse entre Campomanes y León en menos de una hora de trayecto.
El desafío de la N-630. Tras el argayo de ayer las autoridades desviaron el tráfico en el peaje de La Magdalena (León) y Campomanes (Asturias) por la N-630 y el puerto de Parajes, la alternativa. El problema es que ese vial tiene un trazado sinuoso, en pendiente, y alarga el viaje. Su tránsito habitual también es inferior al de la AP-66. A la altura de Arbás del Puerto se calcula en 2.100 vehículos diarios.
El Comercio hablaba ayer con un camionero que ya vio cómo la duración de su viaje a León se disparaba al tener que dirigirse por el puerto. «Cuando llegamos arriba al puerto pasaban de las 14.30, casi el doble del tiempo normal», relata. «El Puerto de Pajares no soporta todo el paso de camiones y vehículos que se prevén para estos días», reconoce la propia alcaldesa de Pola de Lena en RNE.
Imágenes | 112Asturias (X) y Óscar Puente (X)