El “camino amarillo” que guiaba a Dorothy en El Mago de Oz no estaba más allá del arcoíris sino debajo del agua. Es lo que podrían haber pensado los responsables de un singular hallazgo geológico en 2022 cuando, en plena expedición, sus cámaras recogieron imágenes de una singular formación geológica.
El camino amarillo. “Sigue el ‘camino amarillo’ hacia las formaciones geológicas de la cordillera submarina de Liliʻuokalani”, titulaba el equipo la nota de prensa en la que daba constancia del singular hallazgo.
El “camino” que habían hallado no era, en realidad, nada sacado de un mundo mágico, sino una de las formaciones geológicas submarinas que pueden hallarse en el Monumento nacional marino Papahānaumokuākea (PMNM), el área submarina protegida que rodea las islas de Sotavento, la extensión occidental del archipiélago de Hawái.
Lo singular de esta formación geológica es su aspecto similar al del adoquinado: con una superficie compuesta por por rocas de superficie lisa y (más o menos) rectangular. “Es como una corteza asada”, “sí, como si pudieras pelar [la roca]”, comentan en un video los investigadores que controlan el vehículo sumergible desde el que analizaban el lecho marino.
Geología singular. Según explicaba el equipo en una nota de prensa, el terreno correspondía a una formación conocida como “lecho lacuestre seco” (dried lake bed). El estudio del entorno reveló que la roca que formaba este lecho era hialoclastita, una roca de origen volcánico que se forma en erupciones de alta energía que depositan numerosos fragmentos en el lecho marino.
La singular apariencia “de ladrillo” las rocas se debería, agregaba el equipo de la expedición, probablemente se debiera al estrés generado por el calentamiento y enfriamiento a lo largo de diversas erupciones volcánicas. El equipo encontró en su camino numerosas rocas volcánicas, incluyendo basaltos simples recubiertos de ferromanganesio, añaden.
Luʻuaeaahikiikekumu 2022. El descubrimiento fue realizado en el contexto de la expedición Luʻuaeaahikiikekumu 2022, realizada por el buque E/V Nautilus. La expedición, financiada por la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) y organizada por Ocean Exploration Trust (OET), se desarrolló entre el 7 de abril y el 1 de mayo de 2022, con el objetivo de continuar el trabajo desarrollado por una expedición precursora en octubre del año anterior.
El objetivo de la expedición, explicaban sus responsables, era el de recoger muestras con las que determinar tanto el origen geológico como la edad de las formaciones geológicas submarinas. Más allá de la singular geología del área, la expedición también buscaba estudiar la biodiversidad de la zona, con especial énfasis en comunidades de corales y esponjas, añadían.
E/V Nautilus. El buque oceanográfico Nautilus fue construido en la República Democrática de Alemania a finales de la década de 1960. OET lo adquirió en 2008, poco después de la creación de la asociación. El buque cuenta con 68 metros de eslora y la capacidad de desplegar submarinos ROV, vehículos no tripulados operados remotamente.
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Imagen | Ocean Exploration Trust