A finales de la década de los 80 del siglo pasado las empresas japonesas dominaban la industria global de los semiconductores con una contundencia indiscutible. NEC, Toshiba, Hitachi, Fujitsu, Mitsubishi, Matsushita y otras compañías niponas acaparaban en 1988 nada menos que el 50% de la industria de los chips. Sin embargo, hoy ninguna de estas empresas está posicionada entre los líderes de un sector dominado con puño de hierro por las compañías taiwanesas, estadounidenses, chinas, surcoreanas y alemanas.
El Gobierno de Japón está decidido a recuperar su antigua gloria. A reclamar la posición preeminente que tuvo en la industria de los semiconductores tres décadas atrás. Su economía está en juego. Pero tiene un plan. Y ya está en marcha. Actualmente Japón está invirtiendo más dinero en su sector de los circuitos integrados que EEUU, Alemania, Francia o Reino Unido. No en términos de valor neto, pero su esfuerzo es mayor si ponderamos la inversión de estos países sobre su producto interior bruto (PIB).
EEUU dedica el 0,21% de su PIB a su industria de los semiconductores, y Alemania el 0,41%. Francia, según Nikkei Asia, el 0,2%, y, por último, Reino Unido el 0,04%. La diferencia es muy significativa y pone encima de la mesa el esfuerzo que está haciendo Japón con un 0,71% de su PIB. Como cabe esperar, las compañías japonesas tienen un papel protagonista en el plan de reconstrucción de la industria nipona de los chips, y para recuperar su relevancia van a recurrir a la misma estrategia que tan bien les funcionó en los 80: la apuesta por la innovación.
325.000 millones de dólares en diez años para volver a la senda del éxito
Para Japón, al igual que para Corea del Sur, Taiwán, China o EEUU, la industria de los semiconductores tiene un carácter estratégico no solo por el profundo impacto beneficioso que tiene en su economía, sino también por el impulso que da a su capacidad tecnológica. Este es el contexto en el que el Gobierno japonés ha anunciado un plan público que inyectará en las empresas que se dedican al diseño y la fabricación de circuitos integrados nada menos que 325.000 millones de dólares en un plazo de diez años. Además, prepara 65.000 millones adicionales que persiguen respaldar la actividad de las empresas locales.
«Estamos trabajando con nuestros clientes para desarrollar tecnologías que se adentran cuatro generaciones en el futuro»
No cabe duda de que es una apuesta muy fuerte y más ambiciosa incluso que las diseñadas por EEUU, China o Europa. Solo Corea del Sur prepara una inversión económica de una envergadura similar. Las primeras reacciones de las empresas niponas no se han hecho esperar. «Estamos trabajando con nuestros clientes para desarrollar tecnologías que se adentran cuatro generaciones en el futuro«. Estas palabras de Nobuto Doi, vicepresidente de Tokyo Electron, son toda una declaración de intenciones.
Cuando hablamos de la industria de los equipos de fotolitografía la compañía neerlandesa ASML acapara todo el protagonismo. Y lo merece si tenemos presente que actualmente es la única que ha desarrollado máquinas de litografía de ultravioleta extremo (UVE) y su más reciente y avanzada iteración, los equipos UVE de alta apertura. Sin embargo, hay varias empresas japonesas que también tienen un peso importante en el mercado de los equipos de litografía. Nikon y Canon son dos de ellas (esta última ya tiene preparada la revisión de su máquina de litografía de nanoimpresión), pero la que lleva la voz cantante es Tokyo Electron.
No en vano es una de las compañías japonesas que se están viendo respaldadas por las subvenciones aprobadas por el Gobierno japonés. De hecho, está construyendo varios edificios en la prefectura de Miyagi que presumiblemente estarán terminados en 2025. El proyecto más ambicioso que abordará en estas instalaciones consistirá en el diseño y la fabricación de unos equipos de grabado de obleas mediante plasma muy avanzados. Son, precisamente, las máquinas de las que habla Nobuto Doi en su declaración. Estos equipos están involucrados en la definición del patrón que posteriormente va a ser transferido a la oblea.
Imagen | Canon
Más información | Nikkei Asia | CN Wire
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