Hace dos años México tomó una medida que cada vez más países sopesan o aplican: eliminar por completo el cambio de hora. En la práctica lo hizo de forma asimétrica, como ya sucede en Estados Unidos o Rusia: algunas regiones próximas a su frontera septentrional seguirán cambiando el huso. La decisión fue significativa y, dado el estado del debate en Europa, generó mucha atención.
El último baile (horario). El domingo 30 de octubre de 2022 los mexicanos tuvieron que ajustar sus relojes por última vez. Este otoño será el primero desde 1996 en el que no se cambie la hora, manteniendo la «invernal» establecida hace doce meses.
México contaba con cinco zonas horarias: una al sudoeste, compuesta por el Estado de Quintana Roo, que no cambia de hora, sino que se encuentra permanentemente en UTC -5h; otra que cubría la mayor parte del país, en UTC -6 en el horario estándar de invierno y que cambiaba en verano; dos zonas en UTC -7, que se dividen entre el Estado de Sonora, que no cambia a horario de verano, y tres estados que sí lo hacían; y finalmente el extremo noroeste del país, en UTC -8 en invierno.
Objetivo fallido. El motivo de la eliminación es que la relación coste-beneficio del cambio horario no compensa. El principal argumento en favor del cambio de hora es el ahorro de energía. Según los impulsores de la medida mexicana, sin embargo, el cambio horario no generó una modificación relevante en el consumo energético, estimando la reducción del gasto en menos de un 1%.
Esto es consistente con los datos de estudios realizados en este contexto. Un análisis de estos estudios calculó en 2008 que el cambio de hora ahorraba aproximadamente un 0,5% en el consumo eléctrico.
Al calor de los trópicos.
El hecho de que el horario de verano no haya tenido éxito en México tiene mucho que ver con su localización geográfica. La mayor parte del país se encuentra en la zona tropical. Esto implica que la diferencia entre la duración del día invernal y la de los días de verano no es relevante. Podemos ver esta diferencia si comparamos los horarios de amanecer y anochecer en Madrid (a una latitud de 40º) y Ciudad de México (con una latitud poco superior a los 19º, más sur).
Mientras que en diciembre en Madrid los días duran 9 horas y 20 minutos, en junio el sol se pasea durante 15 horas y 6 minutos. Por el contrario, en Ciudad de México esta diferencia es mucho menor: 11 horas en diciembre frente a 13 horas y 20 minutos en junio. Con el cambio horario, esta diferencia se plasma principalmente en la hora a la que anochece en junio: las 20:17 en Ciudad de México y las 21:48 en Madrid.
Cuestión de sol. El cambio de hora provocaba que en México amaneciera a las 06:43 entre marzo y noviembre y a las 07:12 en diciembre. En México la longitud del día varía tan poco que amanece antes en algunos días de la primavera o el otoño que en el solsticio de verano. Eliminando el cambio de hora, el primer amanecer del año sería alrededor de las 05:56 en junio. En Madrid el amanecer oscila entre las 06:42 (junio) y las 08:34 (diciembre). El físico de la Universidad de Sevilla Jose Mª Martín-Olalla lo explica en Twitter.
¿Con qué horario nos quedamos?
El debate no estuvo exento de polémica. Entre los detractores del cambio, algunas voces se mostraron partidarias de permanecer estables no en el horario de invierno sino en el de verano. En España muchos de quienes se muestran a favor del fin del cambio horario también lo hacen en favor de esta opción.
Se trata de la opción por la que se decantó Rusia cuando renunció al horario de verano en 2010. Sin embargo, el país Eurasiático acabó asentándose en el que era su horario estándar de invierno. Asentarse en el horario de verano garantiza que las horas de sol se extienden más por la tarde, aunque se sacrifica luz diurna a primeras horas de la mañana.
El motivo que alegaron las autoridades rusas fue el exceso de accidentes de tráfico en las mañanas (puesto que la gente debía acudir al trabajo antes del anochecer), y el frío excesivo en estas primeras horas antes del amanecer. No parece que estos problemas pudieran afectar a países como España, mucho menos México.
La ley en la frontera.
La ley mexicana contempla una excepción, la de 33 municipios a lo largo de la frontera con los Estados Unidos donde la hora sigue cambiando en verano. Esta medida adicional pretende facilitar el flujo del transporte interfronterizo en la frontera con más tránsito del país.
La preocupación por homogeneizar los horarios no es nueva. El estado de Sonora, donde ya se había eliminado el paso al horario de verano, es fronterizo con Arizona. Ambos estados, uno a cada lado de la frontera, eliminaron a la vez la práctica de adelantar los relojes para el verano. La frontera entre Estados Unidos y México es clave para ambos países. Es una de las más largas del mundo y anualmente la cruzan unos 300 millones de personas, 90 millones de automóviles, y 4,3 millones de camiones.
¿Ejemplo a seguir?
El movimiento por la eliminación del cambio de hora está ganando tracción en los lugares en los que aún se implementa (menos del 40% de los países del mundo lo hacen). Sin embargo las circunstancias de cada uno son distintas. El contraste entre México, un país situado en las inmediaciones del trópico de cáncer, cálido y con muchas horas de sol, es radicalmente distinto al de Rusia, un país que se adentra en el círculo polar Ártico.
Es por eso que no resulta conveniente extrapolar experiencias a la hora de tomar decisiones como el abandono del horario de verano (o el de invierno). En cualquier caso, sí será conveniente observar cómo se adapta el país en este cambio hacia la ausencia de cambio. También tener en cuenta la tendencia mundial en favor de abandonar esta costumbre que parece no ser del agrado de muchos.
Imagen | Franco Lazcarro
En Xataka | La forma más sencilla de entender por qué cambiamos de hora esta madrugada es este mapa