Este alimento es una opción clave para mantener una dieta equilibrada. Su aporte de fibra mejora la digestión, mientras que sus nutrientes esenciales colaboran en el control del apetito
por INFOBAE
Las legumbres son alimentos esenciales en muchas dietas alrededor del mundo debido a su riqueza en nutrientes, siendo una excelente fuente de proteínas vegetales, fibra, vitaminas y minerales. Por ello, son una opción nutritiva para quienes buscan mantener una alimentación equilibrada.
La fibra, en particular, es crucial para la salud digestiva, ya que facilita el tránsito intestinal y ayuda a prevenir problemas como el estreñimiento. Entre las legumbres, los garbanzos destacan no solo por su rol versátil en la cocina, sino también por sus beneficios para la digestión. Incorporarlos en las comidas enriquece tanto su sabor y textura, como contribuye al bienestar general.
Según la Cleveland Clinic, los garbanzos “son lo que se conoce como una proteína completa porque contienen los nueve aminoácidos esenciales, que son los componentes básicos que ayudan a que nuestro cuerpo funcione correctamente”.
Al contener también vitaminas A, C y E y minerales, contribuye al funcionamiento de todo el organismo, en especial la función cerebral y la producción de energía. Por otro lado, la fibra en los garbanzos ayuda a regular el azúcar en sangre.
Su bajo nivel de sodio y su ausencia de colesterol promueven una mejor salud cardiovascular, ya que reducen el riesgo de desarrollar afecciones cardíacas.
Son particularmente valiosos debido a su alto contenido en proteínas y fibra, que colaboran en mejorar la digestión, promover la saciedad y mantener un peso saludable.
La fibra en los garbanzos contribuye a una mayor sensación de saciedad, lo que ayuda a reducir el hambre y el deseo de comer entre comidas. Así es más fácil controlar la ingesta calórica total y evitar el consumo excesivo de alimentos.
Además, sus proteínas son esenciales para la construcción y mantenimiento de masa muscular, lo que puede acelerar la función metabólica y facilitar la quema de calorías. Incorporar garbanzos en una dieta equilibrada no solo mejora el control del apetito, sino que también apoya una pérdida de peso saludable y sostenible.
En un estudio publicado en la National Library of Medicine de Estados Unidos, los expertos señalan que “el consumo de legumbres, por sí solo o incluido en un patrón alimentario, se ha asociado en estudios epidemiológicos con una reducción del peso corporal, de la circunferencia de la cintura y del riesgo de sobrepeso y obesidad”.
Los garbanzos son altamente efectivos para regular el tránsito intestinal gracias a su abundante contenido de fibra, soluble e insoluble, que actúa como un agente de volumen en el intestino. De esta manera ayuda a la formación de heces, facilita su paso a través del tracto digestivo y previene el estreñimiento.
Además, la fibra en los garbanzos alimenta a las bacterias beneficiosas en el intestino, por lo que promueve una microbiota saludable que contribuye a un tránsito intestinal regular.
Los expertos de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard explican que “a medida que las bacterias descomponen esta fibra, se produce un ácido graso de cadena corta llamado butirato. El butirato desempeña un papel en la reducción de la inflamación en la pared celular del colon, promoviendo la regularidad en los intestinos y posiblemente previniendo el cáncer colorrectal al promover la apoptosis (muerte celular)”.
De acuerdo a la información brindada por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, 100 gramos de garbanzos contienen:
- 164 calorías
- 8.86 gramos de proteína
- 2.59 gramos de grasa total
- 27.4 gramos de carbohidratos
- 7.6 gramos de fibra dietética
- 49 miligramos de calcio
- 2.89 miligramos de hierro
- 48 miligramos de magnesio
- 291 miligramos de potasio
- 7 miligramos de sodio
Aunque los garbanzos son nutritivos y beneficiosos para la mayoría de las personas, hay ciertos casos en los que su consumo debe ser limitado o evitado. Las personas con trastornos digestivos como el síndrome del intestino irritable (SII) o enfermedad inflamatoria intestinal (EII) pueden experimentar malestares debido a la fibra y los oligosacáridos presentes en estas legumbres, que pueden causar gases e hinchazón.
También es importante que las personas con alergias a las legumbres o condiciones específicas como la insuficiencia renal consulten a un profesional de la salud antes de incluir garbanzos en su dieta, ya que el exceso de potasio puede no ser recomendable. En general, si se experimentan molestias gastrointestinales o reacciones adversas, es aconsejable moderar el consumo y buscar alternativas adecuadas.